Educación financiera en un mundo digitalizado
La educación financiera se ha vuelto imprescindible en un mundo donde la digitalización está cambiando la forma en que manejamos nuestro dinero. Hoy en día, no es raro pagar con el móvil o usar aplicaciones que nos permiten ahorrar o invertir en solo unos segundos. La tecnología ha llegado para transformar nuestra relación con las finanzas. En este contexto, gestionar nuestras finanzas personales con criterio no solo nos ayuda a mejorar nuestro bienestar personal, sino que también nos permite adaptarnos a los desafíos de un entorno financiero en constante evolución. Aunque la digitalización presenta riesgos, como la ciberseguridad o la exclusión financiera para quienes no se adaptan rápidamente, también abre la puerta a un universo de oportunidades que, bien aprovechadas, pueden hacer que las finanzas sean más accesibles para todos.
El ahorro siempre ha sido uno de los pilares fundamentales en la estabilidad económica de las personas. Sin embargo, el panorama está cambiando. Lo que en los últimos meses parecía una fiesta para los ahorradores, con depósitos y cuentas remuneradas ofreciendo rentabilidades atractivas gracias a las políticas del Banco Central Europeo (BCE), está comenzando a decaer. Tras una serie de subidas históricas de tipos de interés, el BCE ha empezado a reducir el precio del dinero. Como consecuencia, la rentabilidad de productos de ahorro tradicionales empieza a caer, y es probable que esta tendencia continúe.
Este cambio no significa que no haya opciones interesantes para quienes quieren ahorrar. Aquí es donde la educación financiera juega un papel clave. Es importante que cada persona esté preparada para tomar sus propias decisiones, sin depender solo de lo que digan los bancos o las aplicaciones financieras. Tener criterio propio nos permite comparar alternativas como los depósitos, las cuentas remuneradas o incluso opciones más nuevas, que, aunque puedan tener más riesgos, también pueden ofrecer mayores oportunidades de crecimiento. El reto de la educación financiera en una sociedad llena de estímulos digitales radica en aumentar la concienciación sobre la gestión de riesgos y las oportunidades de ahorro. Es fundamental que las personas tomen decisiones informadas y se sientan seguras de las elecciones que realizan. Aunque están surgiendo más opciones de ahorro e inversión, la falta de una base sólida de conocimiento puede llevar a una mayor exposición a riesgos y a situaciones de incertidumbre que, si no se gestionan adecuadamente, podrían generar problemas a largo plazo. Entre otras iniciativas para destacar la importancia de la educación financiera, el Gobierno de España ha creado un Plan de Educación Financiera 2022-2025 que aborda los principales retos, y que a través de su página web Finanzas para todos, ofrece contenido diseñado para concienciar y ampliar el conocimiento de la sociedad en materia de educación financiera.
La digitalización no solo ha facilitado el acceso a herramientas para ahorrar e invertir, sino que también ha transformado la forma en la que nos relacionamos con el mundo financiero. Las fintech, por ejemplo, han democratizado el acceso a servicios que antes solo estaban disponibles para un segmento reducido de la población. Hoy en día, cualquier persona con un móvil y una conexión a Internet puede acceder a cuentas de inversión, planificación financiera e incluso solicitar préstamos con unos pocos clics.
Sin embargo, como ocurre con cualquier transformación, es necesario estar bien informado para no caer en trampas. A medida que las opciones financieras se hacen más complejas, es crucial que los individuos comprendan no solo los beneficios, sino también los riesgos que conllevan. La digitalización puede ser nuestra aliada, pero solo si la utilizamos de manera responsable.
Mientras la tecnología transforma prácticamente cada aspecto de nuestras vidas, también aumenta la preocupación por los desafíos futuros como el calentamiento global y el cambio climático, y con ella surge la necesidad de encontrar nuevas formas de inversión. Aquí es donde entran en juego las finanzas sostenibles, una vía que no solo busca generar rentabilidad, sino también contribuir a un futuro más equilibrado, tanto en términos climáticos como sociales. Las finanzas sostenibles permiten a empresas, bancos e individuos dirigir sus inversiones hacia un amplio abanico de proyectos que promueven entre otros las energías renovables, la conservación de recursos naturales o la reducción de emisiones, alineando así el crecimiento económico con el bienestar del planeta.
Al final del día, la estabilidad financiera es un derecho de todos. La educación financiera no debe verse como un lujo, sino como una herramienta básica que nos permita tomar decisiones de manera segura y eficiente. Con un entorno financiero que cambia rápidamente, desde las políticas de tipos de interés hasta el auge de la tecnología, es fundamental que las personas estén preparadas para adaptarse y aprovechar las oportunidades que surgen.
Ya sea a través del ahorro en productos más tradicionales o explorando nuevas alternativas de inversión, lo importante es tener siempre claro el objetivo: asegurar nuestra estabilidad financiera y, de esta manera, nuestro bienestar. Las herramientas están ahí, y con el conocimiento adecuado, cualquiera puede aprovecharlas.
El papel de la verificación de tercera parte
EQA es una entidad internacional de certificación y verificación ESG con más de 26 años de trayectoria. Cuenta con líneas de negocio en Finanzas Sostenibles, Cambio Climático, Responsabilidad Social Corporativa, Compliance, I+D+i, entre otras.
EQA es la primera entidad acreditada por ENAC (Entidad Nacional de Acreditación) para la validación y verificación del cumplimiento del principio de DNSH. Así mismo, EQA es el primer verificador español, y de habla hispana, aprobado por Climate Bonds Initiative – CBI para la Verificación de Bonos y Préstamos Climáticos. Ofrecemos servicios de Verificación para Instrumentos Financieros Verdes, Sociales, Sostenibles y ligados al Desempeño en Sostenibilidad; Verificación de Impacto y Verificación de Inversiones Socialmente Responsables.
Íñigo Vizarraga Huerta
Técnico de Finanzas Sostenibles y Responsabilidad Corporativa en EQA