Taxonomía Social: la solución a la ambigüedad
La inclusión de la dimensión social en el ámbito de la sostenibilidad siempre ha sido generalmente escasa, esto se debe la complejidad y ambigüedad en torno a su identificación y medición de impacto. Asimismo, esta problemática se agrava por la diversidad de normas y contextos existentes.
En este camino, la Taxonomía Social pretende solucionar esta problemática estableciendo criterios dirigidos a negocios que, a través de sus productos y servicios, produzcan un impacto social positivo y por las prácticas que transversalmente promuevan los derechos humanos en las compañías.
En los últimos años, las instituciones y los gobiernos de todo el mundo han empezado a comprender la importancia y la urgencia de las medidas para garantizar una transición justa y equitativa hacia una sociedad y una economía ambiental y socialmente sostenible, buscando redirigir los flujos de capital a las inversiones necesarias para la consecución de la Agenda 2030 y el Acuerdo de París.
Pacto Verde Europeo
En ese sentido, por el lado medioambiental, en 2019, el Parlamento Europeo aprobó el Pacto Verde Europeo, que plantea tres ambiciosos objetivos para garantizar la sostenibilidad de la sociedad y la economía,
1) Alcanzar cero emisiones netas de GEI para 2050.
2) Desvincular el crecimiento económico del uso de recursos.
3) No dejar atrás a ninguna persona ni a ningún lugar.
Con el objetivo de promover estos objetivos y como parte de las acciones planteadas en el Plan de Finanzas Sostenibles de 2018, la Comisión Europea ha desarrollado una serie de regulaciones buscando facilitar la inversión ASG. Derivado de esto, el pasado 6 de julio de 2021, se lanzó la nueva “Estrategia en materia de Finanzas Sostenibles”, y días más tarde se publicaron dos nuevos borradores desarrollados por el Grupo de Expertos Técnicos de la UE en Finanzas Sostenibles, (TEG, por sus siglas en inglés), ambos para consulta pública. Estos dos borradores consisten en el posible desarrollo de la Taxonomía Social y una Taxonomía Ampliada que define actividades no incluidas en la actual Taxonomía Ambiental.
Financiación en el ámbito social
Es evidente que se requiere de una gran inversión en el ámbito social, especialmente en los países en desarrollo, en los cuales se estima que la necesidad de financiación para cumplir los ODS antes de 2030 ascendería a los 2,5-3 billones de dólares al año. En este sentido, se espera que en el futuro se consoliden fondos de inversión con objetivos sociales, además de los medioambientales y otros que podrían abarcar los dos ámbitos, por ello contar con ambas taxonomías ayudarán al inversor a tomar decisiones informadas.
Una de las principales problemáticas que se tienen hoy en día en el ámbito social, es la falta de consistencia en estándares, a pesar de la existencia de una gran lista de normas y estándares internacionales en el ámbito, además de la complejidad para la medición y la gestión de impacto.
Partiendo de este punto, el TEG utilizó como referencia para el diseño de la Taxonomía Social diferentes estándares como la Declaración Universal de los Derechos Humanos; La Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo; El Convenio Europeo de Derechos Humanos; La Carta Social Europea; El Pilar Europeo de Derechos Sociales; entre otros. Asimismo, desde el punto de vista del sector privado se consideraron los Principios de los Bonos Sociales de la Asociación Internacional de Mercados de Capitales (ICMA, por sus siglas en inglés); Normas de Desempeño de la Corporación Financiera Internacional (CFI, por sus siglas en inglés); entre otros.
El punto de partida para el desarrollo de la Taxonomía Social es la identificación de la diferencia entre la contribución de productos y servicios con impacto social, y la gestión transversal de estos temas en las compañías. Con base en esto, se realizó el planteamiento de la propuesta de la Taxonomía Social en entorno a dos dimensiones: una dimensión horizontal y una dimensión vertical.
Por un lado, la dimensión vertical es aquella a través de la cual se busca proveer productos y servicios esenciales para asegurar condiciones de vida adecuadas. Se dividen en dos líneas, la primera es mejorar la accesibilidad de productos y servicios para necesidades básicas humanas, como agua, alimentación, vivienda, educación y salud. La segunda línea consiste en mejorar la accesibilidad a la infraestructura económica básica como, por ejemplo, el transporte, las telecomunicaciones e internet, la electricidad limpia e inclusión financiera.
Por otro lado, la dimensión horizontal busca lograr el respeto de los derechos humanos a todos los grupos de interés, promoviendo el impacto positivo y reduciendo los impactos negativos. Así como, asegurar trabajo decente, promover intereses del consumidor y habilitar comunidades inclusivas y sostenibles.
Además, siguiendo el ejemplo de la Taxonomía Ambiental, el TEG para la definición de los objetivos sociales de la UE, ha tomado como referencia los siguientes requisitos:
- Definir objetivos sociales.
- Definir criterios de contribuciones sustanciales.
- Definir criterios de No Causar Daño Significativo.
- Definir las salvaguardas medioambientales mínimas.
La relevancia de la Taxonomía Social es tal que, como expresa el borrador mencionado, los criterios de esta taxonomía serían susceptibles de incorporarse en los textos legislativos existentes, como la Directiva sobre información No financiera 2014/95 y el Reglamento sobre Divulgación de Información Financiera Sostenible 2019/2088. Por todo esto, resulta de vital importancia que tanto las compañías, como los diferentes actores financieros, tomen en consideración el desarrollo de la futura Taxonomía Social, orientando sus objetivos a la integración de criterios sociales unificados en sus estrategias de sostenibilidad y de financiación.
En definitiva, el desarrollo de la Taxonomía Social abordará la problemática de ambigüedad y, a su vez, pretende coadyuvar al cumplimiento de los objetivos planteados en la Agenda 2030, y de esta manera, impulsar actividades económicas y organizaciones que ayuden a reducir las brechas sociales existentes.
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