Sostenibilidad en el sector aeronáutico, “volando hacia la sostenibilidad”
No son buenos tiempos los que corren para la industria aeronáutica, pero ¿quién dijo miedo?. De esta situación seguro que salimos y más fuertes, es crucial adaptarnos a las circunstancias y aprovechar las oportunidades.
La sociedad hoy día demanda empresas comprometidas con cuestiones sociales, medio ambientales, con respeto por el cambio climático, respeto a los derechos humanos, que luchen contra la corrupción, etc. En definitiva, con todas esas cuestiones que convergen en la palabra “sostenibilidad”.
Por todos es conocido que las empresas del sector aeronáutico tienen en su ADN un compromiso con la calidad en sus procesos y servicios, que además demuestran a las partes interesadas a través de distintos referenciales como son la ISO 9001, familia EN 9100, NADCAP y otras muchas certificaciones/ verificaciones de tercera parte. Sin embargo, aunque siempre ha sido un sector comprometido con la sostenibilidad, no es tan habitual contar con ese tipo de reconocimientos de cara al mercado.
Sí, es verdad que poco a poco las empresas van acometiendo certificaciones en materia medio ambiental, ISO 14001, pero creo que es crucial para estar bien posicionados avanzar más en estos temas y alinearnos con la agenda 2030, así como los ODS. Seguro que ya muchas empresas tienen entre sus objetivos reducir el consumo de energía, que además supone un ahorro económico para la empresa, pero ¿por qué no ponerlo en valor mediante la verificación de la Huella de Carbono que me diferencie de la competencia?.
Lo mismo pasa con otras cuestiones como la igualdad dentro de la empresa, la conciliación familiar, la innovación, la seguridad para los trabajadores, relaciones con la sociedad, la ética y transparencia, etc.
Todas estas cuestiones, que como digo, seguro que en su mayoría ya se hacen, pueden ser trasladadas a un plan de sostenibilidad muy ad hoc, como un primer paso hacia una memoria de sostenibilidad, y que pueda ser verificado por una tercera parte independiente con el fin de aportar una mayor reputación de la organización, una visión transparente de la misma, facilitar la captación de inversión, permitir la identificación de riesgos y oportunidades, y mejorar la relación con los distintos grupos de interés.
Además, todo ello, permitirá adelantarse a una la legislación que cada vez avanza más hacia estas cuestiones, véase la Ley 11/2018, requisitos de licitaciones recientes, etc.
Queda camino por andar, pero seguro que lo hacemos.
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