RSE en el fútbol: factor de competitividad deportiva
No es nada nuevo ni irreal afirmar que hay un vínculo directo entre la ventaja competitiva en términos económicos y la adopción de políticas e iniciativas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE). La literatura especializada[i] así lo viene corroborando a lo largo de los años.
La mayoría de los equipos de fútbol profesionales aplican la responsabilidad social como un elemento esencial, no solo en clave social o medioambiental, sino como un factor de competitividad deportiva.
La reputación de los equipos de fútbol ya no se traduce meramente en sus resultados en las competiciones deportivas, sino que en muchos casos viene ligada a la implicación en la RSE por parte de los clubes y sus fundaciones[ii], es decir, en la implicación en su entorno y en el compromiso social, medioambiental y cultural de sus comunidades.
La experiencia nos dice que de las sociedades y entornos saludables nacen las empresas exitosas. En el caso de los clubes de fútbol, no es diferente: se necesitan de aficiones no conflictivas que apoyen al equipo; de ambientes sociales con igualdad de oportunidades donde los talentos más jóvenes del fútbol puedan llegar a competir sin importar su origen socioeconómico; necesitan espacios verdes, seguros y bien comunicados; de redes de apoyo y ambientes sanos. Surge, por tanto, la necesidad de elaborar estrategias e iniciativas de RSE que refuercen los clubes y mejoren la sociedad o, mejor dicho: que refuercen los clubes mejorando la sociedad.
Ya son muchos los clubes de fútbol profesional que vienen elaborando y verificando memorias de sostenibilidad reguladas, bien sea por la Ley 11/2018 sobre Estados de información no financiera y diversidad o de forma voluntaria a través de otros esquemas.
Si bien, uno de los clubes de fútbol profesional que más activamente trabaja fomentando la RSE es el Athletic Club, solo hace falta visitar la web de su fundación[iii] para valorar la gran capacidad y los recursos que se destinan al fomento de la responsabilidad social: clubes de lectura con jugadores y jugadoras del primer equipo, proyectos con personas en riesgo de exclusión social, programas para la reducción de residuos, exposiciones, entre otros.
También La Liga, mediante su fundación, lleva años potenciando la responsabilidad social a través del Fair Play Social[iv], una estrategia del fútbol profesional español que persigue integrar la responsabilidad social en el modelo de gestión empresarial, caminando desde la responsabilidad financiera hacia la responsabilidad social ya que, sin una, no se entiende la otra.
Certificar es aportar valor y seguridad
La responsabilidad social de estas entidades no acaba ahí. Existen numerosas iniciativas, algunas de las cuales ya se están llevando a cabo en los clubes de fútbol profesionales y no profesionales que aportan valor, rigurosidad y seguridad jurídica en su día a día: programas para la compensación de emisiones de CO2 mediante compromisos de medición y reducción de los gases de efecto invernadero; certificaciones de sistemas de gestión medioambiental, como la ISO 14001, o en calidad, como la ISO 9001, que aportan valor, reputación y procedimientos pautados que ayudan a mejorar la productividad y eficiencia; auditorías de expertos independientes conforme a criterios de La Liga; implantación y verificación de Planes de igualdad; o la emisión y verificación de bonos sostenibles que aseguren que la financiación irá dedicada a impulsar proyectos respetuosos con el entorno. Las posibilidades son ilimitadas y mediante las verificaciones independientes y externas, se garantiza la consecución de los objetivos y la adecuada medición de los beneficios y metodologías utilizadas.
Más allá de los beneficios que tiene el impulso de políticas de RSE en el entorno social y en los grupos de interés, se ha demostrado que la implantación de este tipo de políticas también mejora la salud económica, la gestión y dirección estratégica de la entidad[v].
El futuro -y el presente- del fútbol viene unido a la atención de cuestiones sociales, ambientales y culturales de su entorno, solo así los clubes sobrevivirán, porque el valor ya no se genera solamente en las competiciones deportivas, sino que el valor añadido viene ligado a su compromiso con la sociedad. La viabilidad pasa por equipos socialmente responsables: más humanos, más responsables y comprometidos con su entorno.
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[i] Michael E. Porter y Mark R. Kramer. Diciembre de 2006. Strategy and society: The link between competitive advantage and corporate social responsability. Harvard Business Review.
[ii] Fernando Olabe Sánchez. 2012. La RSC como factor de reputación en los clubes de fútbol profesionales. aDResearch ESIC.
[iii] https://athleticclubfundazioa.eus
[iv] Roberto Fernández Villarino (coord.). 2017. El mapa de la responsabilidad social del fútbol profesional español. https://files.laliga.es/pdf-hd/fundacion/mapa-rsc.pdf
[v] T. Breitbarth y P. Harris. 2007. Conceptualizing the Role of Corporate Social Responsibility in Professional Football.
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